Teoría Sociológica II (2003-II)
25 y 30 de Setiembre
Diego Ponce de León
En primer término es necesario reconocer el énfasis que hace Durkheim en el carácter prioritario de la sociedad por sobre los individuos. Existen estructuras que tienen una realidad objetiva por sobre los individuos y tienen poder para influir en los pensamientos y acciones de éstos.
Durkheim reclamaba para sí el calificativo de racionalista, en una época en que se forjaba una reacción contra el positivismo y se valoraba sobremanera la comprensión subjetiva de los hechos (Ej: Dilthey, Schopenhauer, Nietzsche, Bergson, Freud). En esta etapa se sustentaba que la razón era incapaz de responder a la problemática de la vida, el hombre aparecía movido por fuerzas subconscientes e irracionales. Las ideas de Durkheim no correspondían a las que, por la época, surgían y avanzaban. A pesar del contexto, Durkheim desarrolla su teoría en el sentido arriba mencionado. En esta lógica mirará la realidad social de una manera peculiar. Tal es el caso de su concepción de la religión.
En Las Formas Elementales de la Vida Religiosa Durkheim estudia a la religión de los arunta, una tribu australiana que manejaba una religión totémica, y trató de explicar el origen religioso de todas las categorías de conocimiento. A partir de ahí intentó hacer un paralelo general entre religión y ciencia.
Tanto la religión como la ciencia, dice Durkheim, son intentos de los hombres por explicarse el cosmos. Sin embargo estos intentos responden de distinta manera a la exigencia de dar respuestas. Mientras que la ciencia responde a interrogantes sobre el mundo empírico, y lo hace en medio de dudas y controversias, y en plazos indeterminados la religión da respuestas inmediatas a preguntas últimas frente a las cuales los hombres no pueden esperar.
En este punto podemos establecer una primera relación entre los postulados de Durkheim y los de Marx. Ambos coinciden e señalar a la religión como un producto de carácter humano, social e histórico. Pero, a diferencia de Marx, Durkheim a pesar de su racionalismo no plantea un rechazo hacia la religión. Pues considera que ella y la ciencia se sitúan en planos diferentes de la vida. Para Durkheim las entidades sagradas no son otra cosa que una proyección de las cualidades que los hombres ven en su misma sociedad. Por lo tanto habrá religión mientras haya sociedad.
Por otro lado, podemos afirmar que Durkheim llega a la sociología tratando de establecer una ciencia moral: para Durkheim la realidad social es, ante todo, una realidad moral. En toda sociedad existen lazos morales que conectan a los individuos entre sí. Estos lazos morales se organizan en relaciones de solidaridad. Ésta no debe entenderse en el sentido de “sentirse solidario con la suerte de…”. La solidaridad no es un sentimiento, sino el lazo objetivo que une a los miembros que forman parte de una misma sociedad en tanto que tales, y que –por ejemplo- hace que estén sujetos a las mismas normas, a los mismos valores.
Durkheim distingue dos tipos de solidaridad: mecánica y orgánica. La solidaridad mecánica caracteriza a las sociedades “primitivas” (desde el punto de vista inconfundiblemente evolucionista de Durkheim) y tiene sus raíces en la semejanza de los miembros de la sociedad. Cuando la solidaridad es mecánica, existe gran fuerza de la conciencia colectiva, que es la suma de creencias y sentimientos comunes a los individuos (o al menos a la mayoría) y cubre en gran media sus voluntades.
La conciencia colectiva trae consigo una forma particular de estructura social, mediante la homogeneidad que supone. Esto puede ocurrir de dos maneras:
a) Con la ausencia total de centralización: Cuando no existe una autoridad en el grupo social, no existe organización interna. Los individuos se mantienen juntos sólo por el efecto de sus semejanzas, es decir su “adhesión unánime”.
b) Con el sometimiento a la centralización: se basa en relaciones unilaterales y no recíprocas. Por lo tanto, al margen de la existencia de división del trabajo, la solidaridad es mecánica. Es el caso de la manutención del poder absoluto por parte de un único gobernante, el cual encarna lo colectivo.
Podemos notar que puede existir una cierta división del trabajo en las sociedades con solidaridad mecánica (hay una distribución de tareas según sexo, edad, etc.). Sin embargo, ella no ha alcanzado la etapa de la especialización.
Conforme se desarrolla la división del trabajo las relaciones de solidaridad varían hasta conformar una solidaridad orgánica, basada en la heterogeneidad de los individuos. Este tipo de solidaridad no estará basado en la semejanza sino en la interdependencia. Los individuos se agrupan en virtud de la naturaleza particular de su actividad. Los lazos morales tendrán sentido en la diferencia de los roles que juega cada individuo.
Aparentemente los tipos de solidaridad no se yuxtaponen: para que exista uno en una sociedad debe desaparecer el otro, mientras uno avance el otro retrocederá. Sin embargo Durkheim dice también claramente que se trata más bien de aspectos que se encuentran en toda sociedad. Esto es más claro en el caso de la solidaridad mecánica, pues al discutir la solidaridad contractual sostiene que una sociedad no puede basarse en la división del trabajo, sino en lazos que le con previos: la sangre, el suelo, la tradición.
Por lo tanto para Durkheim son los lazos morales, organizados por la solidaridad, los que configuran la sociedad. La división del trabajo no hace más que modificar el aspecto de la solidaridad. La sociedad no se fundamenta en la división del trabajo.
Para Marx, la división del trabajo es fuente de conflicto y no de solidaridad ni de lazos morales. Durkheim aparentemente coincide con Marx en que la división del trabajo es generadora de desigualdades, pero para Marx las relaciones de interdependencia sentarán sus bases sobre intereses egoístas, mientras que para. Durkheim la división del trabajo creará lazos morales que permiten la integración de la sociedad. Además, en el horitonte de Durkheim no está la abolición de la división del trabajo, mientras que para Marx ello es algo que el mismo desarrollo de las fuerzas productivas capitalistas posibilita y que sus contradicciones hacen necesario.
Por otro lado, para Marx, la realidad social histórica se fundamenta en una relación con la naturaleza, la cual está destinada a satisfacer necesidades en una orientación marcada por la eficacia, en la que los medios deben corresponderse con los fines. Las relaciones hombre-naturaleza son, para Marx, el escenario de la historia. Esta conexión supone relaciones de producción. Tema en el que Durkheim dará una explicación distinta.
Para aclarar este punto es útil recurrir al tema de la propiedad. Para Marx, la propiedad en la que la tierra constituye la base de la economía, y por ello está destinada a la producción de valores de uso, hay apropiación de la tierra como supuesto del trabajo y como modo objetivo de existencia. De esta forma se destaca que la propiedad nace de la necesidad del hombre por satisfacer sus necesidades en una relación con la naturaleza que desemboca en relaciones económicas.
En cambio, para Durkheim, la propiedad de la tierra depende de un lazo moral legitimador del propietario o del que hace uso. En sus inicios la propiedad fue sagrada, si los hombres querían hacer uso de ella debían legitimarse moralmente, por ejemplo, mediante sacrificios para agradar a los dioses.
El carácter de la propiedad en este punto es trasladado por Durkheim a todos los tipos de ésta que se distingan. Esto se refleja en el derecho, que hace referencia a ciertas normas reguladoras del derecho de propiedad. Se sirve del derecho para demostrar que la propiedad no necesariamente supone trabajo. La propiedad se basa más en relaciones hombre-hombre que las de carácter hombre-naturaleza. (Nota: También es así para Marx, pero él distingue entre propiedad y apropiación. Esta última está referida al uso efectivo, al destino de los bienes. Ello permite preguntarse también sobre su efecto en la sociedad.)
Para Durkheim las relaciones con la naturaleza son irrelevantes para entender lo social. Durkheim construye la Sociología como un espacio intelectual que permite entender lo social por lo social. Los individuos se relacionan con la naturaleza desde lo social, interpretándola simbólicamente a partir de lazos sociales.
En suma, la vida social tiene un trasfondo moral que engloba tanto a las acciones y relaciones de los individuos como a las normas reguladoras. Los lazos morales entre humanos abarcan, en su accionar, a los objetos que éstos poseen. Así, el hurto de la propiedad no está permitido porque se le falta el respeto al propietario, pues la propiedad implica un lazo moral. La indiferencia a la norma indicaría que no se reconoce un lazo moral.
En síntesis podemos decir que, para Durkheim, la base última de la vida social es moral, mientras que para Marx el elemento moral no aparece en términos teóricos. Está presente en él, de dos maneras: a) como un hecho que aparece empíricamente (ej. Marx afirma que la jornada de trabajo no va más allá debido a ciertos límites morales, que se establecen históricamente), y b) en la indignación que preside toda su crítica al capitalismo.
Who’s Not Cool With AC?
5 weeks ago
10 comments:
esta buno
muy bueno
Un artículo muy interesante el cual me ha servido para mi trabajo, gracia compañero.
Un saludo.
Excelente, gracias por comaprtir :)
Bien redactado, fácil de reentender, jaja gracias.Buena página. :)
Interesante, gracias por la aportación.
Esta matadora hahaha, PD me llamo Francisco Fracisco me apellido Olate me dicen sobrino y me gusta que me digan pachi y me da la wea penita
Me salvaste , gracias !
Me salvaste , gracias !
me piden el pensamiento pero nose cual es
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