Marx

Marisa G.
04 y 09 de setiembre.

Luego del debate realizado el martes 02 y de ver la evolución del pensamiento de Marx a través de las lecturas realizadas, nos queda claro que el elemento que está siempre presente es la crítica.
La crítica (en Marx) debe ser entendida como la búsqueda de la comprensión, del entendimiento de determinado modo de pensamiento, de la realidad que “está detrás” y de la relación entre ambas. La crítica busca encontrar los límites y/o contradicciones presentes en todo ello, la(s) dirección(es) hacia la(s) que se mueve(n), y los caminos para su superación. La noción de crítica nos habla de ir “más allá de”. Así, la “crítica de la economía política” debería entenderse como más allá de la economía política.
Hemos visto que Marx empieza por una crítica a la religión para terminar en una crítica de la sociedad capitalista. Así la religión no es más que una expresión ilusoria de una realidad, pero de una realidad que necesita de ilusiones. Entonces hay una realidad que es responsable de la religión, pero que no es lúcidamente consciente de sí misma y se disfraza. La verdad es la miseria real.
De esto podemos pasar a otro nivel de crítica (otro plano para la crítica) situándonos en el contexto que Marx) encontraba en la sociedad alemana de su época. Pasamos así al campo de la libertad política, más específicamente al Estado laico. Acá Marx señala que si bien el Estado puede liberarse de la religión no existe una verdadera libertad política (como en otros países) ya que los hombres siguen estando sometidos a la religión. Este resultado puede llevar hacia dos direcciones opuestas:
• Una corriente conservadora/reaccionaria que rechaza la crítica, pues ella llevaría a rechazar el “orden natural de las cosas”, basado en la Religión, la Familia, la Jerarquía, reemplazandola por una supuesta Razón humana, tan orgullosa como por debajo de sus pretensiones. El ejemplo cabal sería el fracaso de la Revolución Francesa (por ejemplo, la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano), a cuya crítica se dedicaron pensadores como Burke en Inglaterra, así como Bonald y De Maistre en Francia.
• Profundizar la crítica: Así, la libertad individual, fomentada por la aparición de los derechos del hombre y del ciudadano, que postulan la igualdad política están en realidad, ocultando una desigualdad real. Dar libertad de cultos no libera a los hombres de la religión; liberar a la propiedad (individualizarla y decretar el libre comercio) no libera a los hombres de la propiedad.
Este análisis nos lleva a una siguiente etapa (esta desigualdad) que es la forma de percibir la propiedad. Marx señala que la propiedad es la forma o la consecuencia de las relaciones de trabajo. Nos señala que es necesario tener en cuenta que los hombres no sólo producen bienes materiales: también producen relaciones sociales, relaciones a cuyo interior se producen los bienes materiales, relaciones sociales a partir de las cuales se forma una conciencia. Es decir como se imaginan ellos mismo que esto ocurre.
Podemos ver entonces que el pensamiento de Marx entre 1843 y 1847 va desarrollando algo así como una teoría general de la sociedad y de la historia, con un sello filosófico muy acusado. Hay que tener en cuenta una imprecisión en el término general, ya que nos habla de una teoría que nos permite entender a fondo la sociedad capitalista y que pretende hacernos entender la humanidad. Esta imprecisión, que tiene que ver con el afán de occidente de crear nociones universales, la volveremos a encontrar en próximas clases.

Tema de clase (04/09)

El trayecto del pensamiento de Marx nos lleva de la filosofía a la historia de la economía política y a una “teoría crítica de todo eso”. A esta teoría o visión Marx le denominará concepción materialista de la historia.

Lo que tiene lugar en este trayecto es un desplazamiento que va de una filosofía social que quiere hacerse cargo de los problemas de la época, a la historia real. En este desplazamiento entra en un debate con la forma de conciencia más desarrollada de los tiempos modernos, que es la economía política de la época. Es decir, la de Adam Smith y David Ricardo. Ahora hay que señalar que este debate planteado a través de las obras de Marx lleva el título de crítica. Así no sólo critica el capitalismo como sistema., sino que critica la concepción que estos tienen de él. Sin embargo, por esta misma evolución Marx tendrá que criticar a sus antiguos “camaradas” y maestros, Feuerbach incluido, porque ellos habrían dejado la crítica en sus fases iniciales, haciéndola inocua, irrelevante ..
Ya en la carta a Annenkov (1846) podemos ver un esbozo de la concepción que tiene Marx de cómo funciona la sociedad y cómo se desarrolla la historia. Esto lo vemos más ampliamente en el capítulo 1 de La Ideología Alemana; es ahí donde tenemos una exposición de ideas que sigue una deducción sistemática que podemos llamar dialéctica.
Marx sostiene que esta visión de que las relaciones sociales son manifestaciones que vienen de una ente eterno o superior es errada. Por el contrario, dice, “se asciende de la tierra al cielo”. Es de la noción de la vida real de la que se desprenden reflejos cuyo origen es la vida real misma. La vida real aparece como la vida material. Así, no es la conciencia lo que determina el ser sino es el ser el que determina la conciencia.
De un lado exige superar un empirismo abstracto que lo único que hace es acumular hechos, y por otro demanda superar una concepción idealista que habla de sujetos imaginarios. Trata de cumplir con esto planteando un desarrollo axiológico, desarrollo que Marx plantea a base de 5 premisas.
La primera premisa parte de la existencia humana. Señala que existe una vida material, en tanto que el hombre necesita cubrir determinadas necesidades básicas (comer, resguardo, vestido). La vida material se articula en la PRODUCCIÓN DE MEDIOS DE VIDA, simplemente para asegurara la vida del hombre. Este es un hecho histórico (para hablar de historia hay que partir de que el hombre está vivo); es decir, real y esencial, inevitable, inescapable, que desde los orígenes de la humanidad tiene que cumplirse todos los días y a toda hora.
La segunda premisa señala que la acción de satisfacer las necesidades por medio de la producción de medios de vida supone también producir INSTRUMENTOS necesarios para esta producción. Este proceso lleva a la creación de nuevas necesidades, necesidades que ya no son únicamente biológicas, sino humanas. Este es el primer hecho histórico, lo más elemental.
La tercera premisa nos muestra que los hombres PROCREAN. Esta “creación” de nuevos hombres crea relaciones entre padres e hijos -la familia-, que en un primer momento es la única relación social, pero que tiene que ser estudiada no según la familia que ahora conocemos, sino según las circunstancias específicas. El aumento en la población crea nuevas necesidades, las cuales suponen nuevas y distintas relaciones sociales . Así, la relación familiar pasa a ser secundaria (hay que ver su posición en cada una de las etapas de la historia).
Antes de continuar es necesario hacer una aclaración epistemológica. Estos tres aspectos no son tres fases distintas, sino tres momentos que se desarrollan con una suerte de simultaneidad. Ahora bien, todo esto se da en una doble relación: por un lado, una relación con la naturaleza, ya que las relaciones se dan entre seres que forman parte de la naturaleza y en una relación con la naturaleza. Por otro, es también una relación social, porque necesita la cooperación de diversos individuos cualquiera sea su condición. De esta cooperación se desprende un modo de producción. Esta cooperación es a su vez una fuerza productiva
La cuarta premisa continúa con lo anterior señalando que la historia de la humanidad es la historia de la industria y el comercio. Se manifiesta una condición materialista de los hombres, quienes se condicionan por la necesidad de medios de producción y que es TAN VIEJA COMO LOS HOMBRES MISMOS. Hay que ver que si bien pueden existir otras relaciones, políticas o religiosas, de las únicas que no podemos prescindir son de las relaciones materiales. [¿Es este un argumento de Marx? Marx no piensa que se pueda prescindir de las otras, sino que entre ellas hay cierta jerarquía en cuanto a sus relaciones (G. R. S.)]
La quinta premisa es que los hombres tienen conciencia. La pregunta que se nos viene es: ¿conciencia de qué? Pues de la naturaleza y de las relaciones señaladas en la premisa anterior. Es conciencia de la vida real, pero está condicionada . La conciencia se manifiesta a través del lenguaje, el cual es la “conciencia práctica”. El lenguaje no es privado ya que está expresando relaciones sociales; nace de la necesidad. Es decir, la conciencia es un producto social. Así, si las relaciones sociales son limitadas (por serlo además las relaciones con la naturaleza), la conciencia es limitada. Por tanto el desarrollo de las relaciones sociales trae también un desarrollo de la conciencia.
Hay una conciencia de la naturaleza; vemos que al principio el hombre se enfrenta a algo desconocido, se desarrolla en un espacio muy reducido dentro de la naturaleza. Una vez que va adquiriendo capacidades va humanizándose y a la vez humanizando la naturaleza. Las relaciones con la naturaleza se dan a través de las relaciones sociales. La naturaleza es el escenario donde se define y se resuelve la historia de la humanidad.
Hay que señalar que con el incremento de la población (es un corolario de la premisa 3) se desarrolla la división del trabajo (corolario de la premisa 4) en relación a la cooperación necesaria de los hombres. Al inicio la división del trabajo es mínima y se basa en diferencias de sexo o de capacidad física. Marx señala que la “verdadera” división del trabajo (un salto radical) se da cuando tiene lugar la separación entre el trabajo físico del trabajo intelectual. Es en el marco de esta división que la conciencia ya no lo es solo del “mundo real”, sino que se puede entregar a la filosofía, a la creación de ideologías, etc…Acá podemos ver la anticipación a la división de clases y la estructuración de la sociedad misma.
Ahora podemos sintetizar los 5 momentos anteriores en tres. El primero es el de las fuerzas productivas –que engloba la primera y segunda premisa-, el segundo que es el Estado social –que engloba la tercera y cuarta premisa–, y finalmente la conciencia. Estos tres momentos pueden y deben entrar en conflicto ya que con la división del trabajo se producen o generan las contradicciones (entre el interés común y el interés individual). Marx señala que la única forma de evitar estos conflictos es superando la división del trabajo, anticipando lo que puede ser una sociedad comunista donde todos puedan hacer todo (pescar, construir y “hacer critica”).
De esta contraposición de individuo y sociedad podemos ver cómo se piensa que el Estado es la expresión del interés común, pero a la vez se vuelve ajeno a los individuos que lo componen. Vemos pues que esto es ilusión, ya que el Estado está atravesado por las relaciones existentes y por tanto va a beneficiar determinados intereses sobre otros. Así nos señala que las luchas por la democracia en realidad no son más que reflejos de las luchas reales de la sociedad. Sería así que cualquier grupo que aspire a la dominación debe aspirar al control político porque es desde ahí que se puede imponer la idea del “interés común”.
El carácter dialéctico del pensamiento de Marx lo podemos ver en los pasos que sigue (lógica interna) ya que se reclaman entre sí o se encuentran incluidos el uno en el otro, implícitamente. Es –por acuñar una nueva palabra- “hologramático”: en un holograma vemos inicialmente la imagen de un objeto, que ha sido tomada desde un punto de vista determinado, pero con apuntar la luz desde otro ángulo vemos la misma imagen desde esa otra perspectiva. Esto es posible porque en cada componente de la fotografía está el todo.
Un punto no señalado por Marx en las premisas es la autoconciencia o la conciencia revolucionaria. Pero a esto hay que señalar que Marx es autoconciente de lo que propone, e incluso llama concretamente a la acción.

Clase del martes 09.

Solo voy a poner los puntos que no estén señalados en la parte anterior.
En la lectura de la historia hecha por Marx, en particular en el Manifiesto Comunista aparece una constante lucha de clases, tanto económica como política. En la sociedad moderna dicha lucha se ha simplificado en dos bandos: la burguesía y el proletariado.
En la sociedad burguesa hay categorías económicas como el dinero, a la cual Marx critica argumentando que los sujetos pasan a ser vistos como cosas, objetos con un valor. De aquí se desprende que el interés común no existe sino un interés egoísta. Esta sociedad burguesa está llegando a un límite ya que las relaciones de producción burguesas dejan de ser adecuadas para seguir desarrollando las fuerzas produdctivas. A ello se agrega que el proletariado va a utilizar estas deficiencias de la burguesía como armas para atacarla.
La línea del desarrollo de la sociedad planteada por Marx es así: la historia se mueve en relación a las fuerzas productivas, ya que a determinadas fuerzas productivas corresponde un comercio, a un comercio corresponde una determinada forma de constitución social, a ella una sociedad civil y finalmente a esta un Estado. Esto muestra visión materialista de la historia. Hay que señalar a esto que las categorías que podamos desprender de esta realidad son transitorias e históricas en tanto que la realidad está en constante movimiento.
Marx habla en sus textos de clases universales y situaciones, finalmente mundiales, necesarias para la revolución. Alrededor de esto se generaron dos inquietudes, la primera relacionada a si Marx pensaba que este individuo histórico universal y el capital mundial realmente existía (o si existe hoy), para llegar a las revoluciones globales más que locales (por la dependencia generada a nivel mundial debido a la complejidad de la división del trabajo). La segunda es cómo sustenta esta universalización de clases y situaciones sin contemplar las particularidades de cada región.
Apuntes (profesor)
Marx, en los Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política hace un análisis que podríamos llamar fenomenológico de la relación entre dos intercambiantes. Aparecen acá categorías que no son puramente económicas. Se plantea un intercambio simple de mercancías que poseen dos personas, señalando que a ninguno de los sujetos les importa la relación, pues se preocupan únicamente de adquirir el objeto deseado. Esta adquisición se hace por el intercambio, no por el robo, la reciprocidad, la generosidad, la caridad, etc. Lo curioso es que para que se produzca el intercambio tienen que existir intercambiantes. Y para que los hombres puedan serlo, requieren de libertad, igualdad y propiedad. Las personas tienen que haber sido definidas como libres, iguales, y al menos como propietarios potenciales. Estas categorías no son económicas ni hacen referencia a relaciones económicas, sin embargo son necesarias para que una categoría económica como el intercambio de mercancías pueda existir..

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Aquí no vemos pues, una relación clara y diferenciada entre base y superestructura, como la que aparece en sus formulaciones teóricas generales. Más curioso aún es que después, en el “Prefacio” de Contribución a la Crítica de la Economía Política (1859), donde Marx realiza la segunda y última síntesis de su concepción materialista de la historia, vuelve a plantear la relación base–superestructura.
Por otro lado en el Manifiesto (esto es en 1848) presenta a la burguesía como la clase que ha presentado la más grande revolución en la historia: una clase que ha creado una sociedad “a su imagen y semejanza”. Señala además que existe una relación base–superestructura, donde la base está constituida por dos estructuras en contradicción: por un lado las fuerzas productivas, y por otro las relaciones de producción. Por otro lado afirma que existe una lucha de clases como característica central de la historia.
Según donde uno ponga el énfasis se llega a discursos diferentes. Así, si hacemos primar el conflicto entre las fuerzas de producción y las relaciones de producción tendremos una visión más económica y estructuralista, en la cual el hombre no aparece como actor y menos aún como consciente. Si ponemos el énfasis en la lucha de clases, tendremos una visión más política y voluntarista.
Ahora hay que señalar que Marx tiene una visión de la burguesía (y por tanto del proletariado) como una clase universal. A esto hay que preguntarnos si realmente era así en la segunda mitad del XIX. la respuesta a esta pregunta es no. Lo que Marx y Engels captan en un movimiento que proyecta a futuro pensando que el mundo sería así. Esto es lo que dice Eduardo Cáceres para hacer un reconocimiento a cuán adelantado estaba le pensamiento de Marx en relación a su tiempo. Hay un tono profético en el cual habla de una la literatura universal, mucho antes que se estableciera el Premio Nobel respectivo; pareciera estar hablando de la globalización) La pregunta es ¿Cuánto de esto se ha cumplido?
¿Pero cómo aplica Marx todas estas categorías teóricas a casos concretos? Ante todo, ¿se trata de una aplicación?. Veremos esto con su análisis del caso español.
Es necesario comprender la estructura histórica (modo de constitución en la trayectoria de la historia) de España para poder entender las dimensiones y complejidades de su revolución. Para esto hay que partir de un hecho en particular: la lucha por la expulsión de los árabes del territorio español, liberación que se logró luego de 8 siglos.
El territorio español se va liberando paulatinamente, lo cual genera bastiones fuertemente consolidados y con autonomía. Tiene además ciudades costeras muy ricas en comercio. Así vemos que si bien existía un Rey, éste tenía poco poder sobre los nobles. Carlos I (V) para instaurar el absolutismo realiza una lucha victoriosa contra las cortes y los municipios (instituciones feudales) que eran focos de libertad. Lo único que no logra hacer (al parecer tampoco le interesa tanto) es centralizar el poder .
Cuando Napoleón invade España cree que se trata de un reino centralizado, y que capturando al detentor del poder central lograría controlar a todo el país. No fue así. Napoleón encuentra entonces una gran autonomía en las provincias. Por otro lado, si bien hasta cierto punto el pueblo se siente liberado por el derrocamiento del Rey, no se identifica con el invasor ni su representante (José Bonaparte).
La característica del movimiento revolucionario (que mas bien parece contrarrevolucionario) es que es multidimencional: nacionalista, dinástico, reaccionario y supersticioso. Vemos pues que es un país configurado por su propia historia donde los elementos culturales y políticos juegan un papel central. Vemos además que las relaciones de vasallaje son muy fuertes: el pueblo elige a sus “superiores naturales”.
¿Cómo respondemos pues a la pregunta planteada al inicio? Pues que el análisis hecho anteriormente no responde a un esquema de clase que emerja de las relaciones de producción (o de la economía como base).
De esta manera encontramos que, disponiendo de una teoría general de la Historia (con mayúscula), Marx no la “aplica” sin más a una pequeña historia. Ambas son objetos diferentes, portadores de distintas “lógicas”, que hacen distintas demandas de conocimiento y análisis. Por ejemplo, el objeto de la teoría general es algo así como “la sociedad humana”, que está en relación con la “naturaleza”. En cambio el análisis específico está ante un objeto que tiene un territorio con fronteras, que puede ser invadido, conquistado y liberado. Es decir, una sociedad que está en relación con otras. Esa historia no ocurre en la “naturaleza”, sino en un territorio, con una geografía determinada. Etc. Es decir, se trata de dimensiones que, si bien no son ajenas a la teoría general, se transforman de manera muy importante.
De esta manera, hay que diferenciar entre una teoría general de la historia que se nutre por un lado de la filosofía y por el otro de una historia real que se va volviendo universal, creada por el desarrollo del capitalismo. De otra particular, de un país concreto en una época concreta; en esta actúan factores como la geografía o actores políticos como el ejército, donde aparecen clases diversas como la nobleza, el clero, la clase media, los campesinos.

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