4 y 9 de septiembre.
Por Lisseth Vega Lázaro.
En la clase se observó la noción de “crítica” en Marx a partir de su conexión con la concepción kantiana de crítica. Se comprendió que el concepto de crítica en Marx alude a un análisis entendido como la comprensión y superación de límites, “un ir más allá de …” . Por otro lado, como sabemos el pensamiento de Marx se inicia con una critica de la religión y culmina con una crítica a la sociedad capitalista.
La critica a la religión revela una conexión entre realidad e ilusión; en tal sentido la religión constituye una expresión ilusoria de la realidad. O más bien, más allá de la religión existe una realidad que reclama que la religión exista. En otras palabras, existe una relación recíproca en la cual se observa que detrás de la ilusión funciona una realidad que la produce. De ahí que se afirme que la religión es la miseria de una época o que la verdad de la religión es la miseria real.
Los “neo-hegelianos de izquierda” criticaban la relación existente en Alemania entre Estado y religión. Frente a ello proponían el Estado laico. La reacción ante esta critica se puede dar desde el pensamiento conservador, o reaccionario, que trata de regresar a un Estado teocrático. Otra forma de respuesta consiste en cambio en profundizar la critica: liberar al Estado de la religión no significa liberar de ella a los seres humanos. Esta línea nos conduce a revisar tanto la idea de libertad individual como la distinción entre derechos humanos y del ciudadano. En este sentido, la crítica consiste en observar que detrás de la igualdad política se disfraza la desigualdad.
La “Concepción Materialista de la Historia”
Por otro lado, se revisó una parte del primer capitulo del texto de la Ideología Alemana que comprende una serie de premisas o momentos que rigen la historia y que conforman lo que se denominó una “deducción sistemática dialéctica”. Se entiende que el carácter de estas premisas es universal y se da hasta ahora.
Se parte de la idea de que la acción del hombre está centrada en la satisfacción de necesidades con el fin de asegurar su existencia material. Además, la historia supone la existencia de hombres vivientes. Por tanto el primer momento consiste en la producción de medios de vida para la existencia (material) de dichos hombres; es decir, los bienes de consumo que satisfagan determinadas necesidades esenciales vitales.
La satisfacción de necesidades implica a su vez la adquisición de herramientas necesarias para realizar dicha acción; es decir, supone los medios de producción. Ahora bien, el segundo momento surge cuando la acción de satisfacer necesidades produce nuevas necesidades. Esto constituye el primer hecho histórico debido a que las necesidades del primer momento están enraizadas en la dimensión biológica del hombre –que comparte con los demás seres vivos-, mientras que las segundas serían un proceso creador netamente humano.
El tercer momento consiste en la producción de nueva vida; es decir, en la pro-creación, la cual esta acompañado de un aumento de población
En el cuarto momento se observa que una relación doble subyace a las premisas anteriores. En este sentido, existe una relación natural que se da entre seres que pertenecen a la naturaleza y con la naturaleza misma. Asimismo se da una relación social que alude a la cooperación entre individuos en general.
Ahora bien, estas dimensiones no se hallan separadas: se entiende que un modo de producción tiene un correlato en un modo de cooperación -es decir, una fuerza productiva. En el mismo plano de la relación social encontramos la división de trabajo todavía en función de sexo, edad etc.
Finalmente, en el último momento nos encontramos con la conciencia humana. Esta conciencia es conciencia del hombre, del mundo real, de la vida, del ser. Esta conciencia aparece intrínsecamente vinculada al lenguaje. Si el lenguaje es la expresión de las relaciones sociales del mundo inmediato, entonces la conciencia es un producto social. Asimismo existe una relación con la naturaleza expresada en la religión natural, que consiste al inicio en una visión la naturaleza como una fuerza extraña y omnipotente.
En general, se entiende que la “historia” es la conquista de la naturaleza cuyo camino implica el desarrollo de la especie humana. Por otro lado, tanto la relación del hombre con la naturaleza como las relaciones de los hombres entre sí, no se encuentran desvinculadas: el hombre al desarrollar sus vínculos con la naturaleza, complejiza las relaciones sociales. Esto es así porque las relaciones con la naturaleza se dan a través de estas mismas relaciones, y viceversa.
El desplazamiento de los momentos anteriores se pueden sintetizar en tres momentos: fuerza productiva , estado social y conciencia. En este punto es esencial la función de la división social del trabajo. En el momento final la división del trabajo se da en su forma principal: trabajo físico, que supone relación con la naturaleza y trabajo intelectual que supone especulación ideológica. A partir de este momento, la conciencia empieza a representar elementos no reales, ideas etc. Asimismo, la sociedad se estructura en base a clases sociales.
Ahora bien, la división social produce algunas contradicciones: entre el individuo y la sociedad expresada en la oposición entre el interés individual e interés común .Asimismo contradicciones en la idea de Estado. Existe una lucha entre estos intereses tanto fuera como dentro de la del Estado, de tal forma que en este continúan las luchas reales entre diversas clases.
En la discusión del martes se hizo algunas observaciones, entre las cuales destaca la idea del “intercambio simple me mercancías”. El examen de Marx observa tres categorías que intervienen en dicho intercambio, y son libertad, igualdad y propiedad. Sólo merced a ellas los individuos asumen la condición de intercambiantes. Además lo hacen en una esfera que así se constituye: la economía. Como se ve, se dan dos categorías que no se funden en la lógica económica que se observaba anteriormente ni coincide con la docotomía base/superestructura.
Comentario
Desde mi posición observo que para Marx el intercambio económico se presenta como una relación armoniosa que en realidad no existe. La cuestión principal de esta idea radica en la forma de libertad e igualdad que adquiere el intercambio económico. La noción de igualdad y libertad se convierte en una falsedad porque incluye un elemento concreto que rompe con su unidad aparente: todos pueden vender algo pero el obrero no puede hacerlo. El intercambio injusto es el ideal de la sociedad capitalista.
Comentario del Profesor: Marx distingue entre el “intercambio simple de mercancías” -que es examinado en detalle en el fragmento leído de Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política (en El Capital todo ello se reduce a un párrafo al final de la Parte II del tomo I)- y el “intercambio capitalista”, donde la gran masa de la sociedad posee solamente su fuerza de trabajo. Bajo esa condición determinante, para los trabajadores la libertad y la igualdad se convierten en su opuesto al interior de la relación que los define ante la sociedad: la relación salarial. Son libres, iguales y propietarios sólo fuera de a relación salarial, pero esa libertad, igualdad y propiedad sólo les sirve para asalariarse.
Who’s Not Cool With AC?
5 weeks ago
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