Alonso Carbajal
[DEBATE: jueves 2 de octubre]
Un punto interesante a subrayar es el aspecto de los contextos en los cuales escribieron Marx y Durkheim: Alemania y Francia, respectivamente. Esta última en su fase republicana, en plena búsqueda de la reintegración. Se remarcó en Durkheim su esfuerzo por explicar lo social por lo social. El tema de la propiedad –a diferencia de Marx- tiene una base religiosa y es la religión mediadora entre el hombre y la naturaleza. La conciencia colectiva se asienta en el conjunto de creencias y de sentimientos comunes.
A partir de la división del trabajo social aparece la solidaridad orgánica como regla moral. Durkheim reconoce la importancia del intercambio, pero no como la base fundamental de la sociedad.
En el tratamiento del tema de la propiedad hay semejanza entre Marx y Durkheim, en tanto, para ambos la propiedad individual surge de la colectiva , por lo que se hace necesario la pertenencia a una entidad comunitaria. Pero la solidaridad no se basa en la división del trabajo. Las relaciones contractuales (acuerdos conscientes y voluntarios) se basan en lazos que a su vez no se han establecido mediante un acuerdo.
La división del trabajo propugna un sentimiento de solidaridad (coorporación, integración, cooperación). La solidaridad puede ser mecánica (semejanzas: sangre, suelo, tradición) u orgánica (diferencias).
Se plantearon algunas preguntas en torno a las lecturas:
¿Cómo queda el individuo, entre la sujeción a reglas, de un lado, y la afirmación personal, por el otro?
¿Qué ocurre con la desigualdad –que podría ser creciente- en el enfoque de Durkheim?
¿El conocimiento especializado se concentra en un grupo o se difunde en beneficio de lo colectivo?
¿Puede haber dentro del enfoque durkheimiano una coexistencia armónica?
¿El desarrollo de la racionalidad parte de lo religioso? ¿Es base de una nueva moralidad?
Durkheim no ignora estos temas. Para él no se trata de desechar el sistema existente, sino de controlar los problemas al interior de dicho sistema. La tarea de la sociología es buscar salidas a esos problemas. Por ejemplo, Durkheim sostiene que el sistema de mercado es productor de desigualdades. La herencia va obstruyendo la fluidez del mecanismo del mercado, limitando la competencia. De ahí él deduce la necesidad de abolir la herencia.
Marx parte de individuos que están impelidos a satisfacer un conjunto de necesidades. En cambio en Durkheim dichos individuos aparecen viviendo en un medio social, a través del cual se relacionan con la naturaleza. A su vez la naturaleza va a asumir inicialmente un carácter sagrado. Marx afirma algo similar en La Ideología Alemana, cuando habla de una ‘religión natural’ en la que existe una relación religiosa frente a la naturaleza Esta religión es previa a la división del trabajo, a la división de clases.
En el caso de Durkheim, se plantea una relación significativa con la naturaleza: suerte de prolongación de la sociedad. Esta relación se hace significativa a través de las categorías sociales. La naturaleza no es vista como fuente de recursos, sino como medio de prolongación simbólica de los lazos sociales. En esa relación con la naturaleza se manifiesta el carácter moral de los lazos sociales. Ése es el medio primordial donde los individuos existen. En Marx, los individuos tienen un medio material.
Marx trata fugazmente el elemento moral. Por ejemplo, al escribir sobre los límites que se imponen a la jornada de trabajo: aparte de límites físicos existen, dice, límites morales. Los constata empíricamente, pero no los trabaja teóricamente. En contraste Durkheim sí trata claramente dicho elemento. Una manifestación de ello es la preeminencia que le da al derecho, como cristalización de la costumbre, y en particular al derecho penal. En él por lo general las leyes carecen de “considerandos” –a diferencia del derecho civil- pues la sociedad tiene profundos consensos (“sentimientos colectivos”) sobre los actos que deben ser sancionados. Es diferente en el derecho civil, en el cual las leyes generalmente requieren de fundamentación.
Durkheim llama solidaridad a los lazos sociales en tanto que están fundamentados en la moralidad. Esto no tiene nada que ver con la división del trabajo, pues ella existe en sociedades donde ella no existe. Durkheim rechaza que la sociedad pueda estar basada en la división del trabajo. Es su tesis frente a la economía marginalista de su época . Los lazos que plantea Durkheim, no dejan de existir por la división del trabajo. La división del trabajo es una fuente de moralidad y es cada sociedad la encargada de elaborar su propia moralidad.
En cambio, para Marx la división del trabajo es la fuente de la civilización, y al mismo tiempo la ‘fuente del mal’, el origen de las divisiones sociales. A pesar de ello ve un futuro en el cual se podrá abolir pues la división del trabajo no es algo intocable. En cambio para Durkheim la división del trabajo social es una realidad sin alternativas. Es un hecho moral, pero es una fuente limitada de moralidad, por el peso que en ella tienen las consideraciones económicas.
¿Qué pasa con esas relaciones contractuales? Para Durkheim no son simplemente utilitarias. Hay también una implicancia moral en esas relaciones. La economía las ve como simple relaciones utilitarias. Por lo mismo Marx las rechaza, porque las ve con el lente de la economía política.
Los hechos sociales como cosas sui generis. Implicancias para teoría método
[CLASE: martes 14 de octubre]
Émile Durkheim pone énfasis en lo colectivo frente a lo individual. Este énfasis sin embargo no ha sido el único; es decir, en la trayectoria académica de Durkheim hay varios frentes mediante los cuales busca constituir un espacio para la sociología como ciencia y se reconocida. Uno de ellos es el de sociedad / individuo. Partir del primer componente para entender al segundo (objetividad subjetividad // objetos de estudio actitud ante los objetos de estudio) Del contexto que vivió Durkheim puede señalarse otro frente más, cual es la polaridad: sociología / psicología. En él mantuvo una extensa polémica con Gabriel Tarde (1843 – 1904).
Durkheim se esfuerza por explicar lo social por lo social, y este ya es un escenario polémico. Se distancia, a su vez, de otras maneras de entender lo social: por la geografía (determinismo geográfico), por la biología (noción de raza), por la psicología; es decir, rechaza los factores extrasociales. Tendrá éxito al definir a la sociología como ciencia de lo social; lo social explicado por sí mismo: un hecho social se entiende por otro.
Librará un conjunto de polémicas sobre todo con la publicación de “Las reglas del método”. Durkheim era un organizador además de un intelectual; fue tal su obra que tras su muerte la Sociología en Francia quedará dividida entre los durkheimnianos y los antidurkheimnianos. Sus ‘discípulos’ continuaron su obra, aunque muchos de ellos no se dedicaron a la sociología. L'Année sociologique (1896), publicación fundada por él, se constituyó como una medio de difusión sistemática del cuerpo de los estudios sociológicos.
Durkheim era consciente que la sociología era una ciencia incipiente por ser una ciencia naciente. Rechaza la ausencia de método, de coherencia. Critica por eso a Tarde, a Herbert Spencer. Quiere sentar las bases del método, método que tiene que corresponderse con su objeto. Para desarrollarse la sociología debe mirar a ciencias que hayan logrado el desarrollo; debe atender a ellas pero como un punto de referencia, y sólo en la medida en que los métodos ahí encontrados no violenten el objeto propio de la sociología. El método científico debe controlar, y muy en particular en la sociología, la subjetividad. Entre otras vías ella aparece a través de las ideas de sentido común, las pre-nociones, las cuales son ideas aceptadas sin mayor demostración, pues coinciden con el modo de vida de las personas que las contienen.
Para evitar la subjetividad, la ciencia ha de buscar evidencia sistemática; es decir, una definición rigurosa de los fenómenos. Dicha definición ha de adecuarse a todos los casos; alejarse de los rasgos atribuibles a tal o cual caso individual, y definir mediante el término medio. Ello contribuye a que puedan realizarse estudios cuantitativos. Le Suicide (1897), fue la primera obra sociológica que, sustentada en una base teórica consistente, basaba su evidencia en información estadística.
Para que una disciplina exista debe haber un campo de fenómenos consistente donde se pueda encontrar explicaciones a los fenómenos inciertos. Además, deben estar constituidos por hechos; en este caso, por hechos sociales.
Durkheim define a la sociedad en términos generales como un organismo. Tomando como referencia los organismos biológicos, Durkheim asume la polaridad normal / patológico para distinguir dos grandes clases de hechos sociales. Esto es clave para su idea de lo que es la Sociología como ciencia aplicada: si no existieran hechos patológicos no tendría sentido la sociología.
Por otra parte la concepción que tiene Durkheim de la sociedad está basada en una concepción liberal. Durkheim no deja de ser un liberal, a su modo. Es así que en sus ideas lo que tenemos es una dualidad entre sociedad e individuo.
Para Durkheim no puede haber sociología si es que no hablamos de hechos sociales. Ellos deben ser considerados como cosas. La cosa se opone a la idea; la cosa está fuera de nosotros, no así, la idea. No debemos confundir lo uno con lo otro. Ahora bien, la cosa ejerce sobre nosotros un determinado efecto, que Durkheim llamará coerción o coacción. Una fuerza que no depende de nosotros. Dicha fuerza nosotros la sentimos, y ante ella, podemos reaccionar de distintas maneras. De un lado, nos dejaremos llevar o, de otro, resistiremos a esa fuerza.
En el caso de la sociedad, también podemos resistir a esas presiones sociales. Al ejercer resistencia cabe, a su vez, dos posibilidades: ganar o perder. Por ejemplo, si soy un empresario industrial y decido usar maquinaria vetusta el resultado será que no resistiré a la competencia o en el mejor de los casos, me mantendré en el mercado. Durkheim no prejuzga cuál será el resultado de esa resistencia, ni le interesa demostrar que el individuo “vaya a perder”. Lo único que busca es demostrar que si uno siente dicha fuerza, entonces esa fuerza es exterior.
La fuerza de la que habla Durkheim es social con distintos caracteres. En algunos casos se trata de fuerzas “objetivas”, como la de la tecnología, de la moneda; en otros hay de por medio una coerción moral. Pero siempre se trata de hechos exteriores a nosotros que ejercen una fuerza coactiva en una dirección determinada. Si sentimos esa fuerza, entonces ella existe.
De otro lado, Durkheim piensa que el individuo es hechura de la sociedad en la cual vive y no al revés. Por ejemplo, el idioma o las ideas que tenemos. Todo ello lo experimentamos como propios.
¿Pero de dónde puede surgir la idea de un individuo absolutamente autónomo?. Esta idea proviene, según Durkheim, una determinada forma de sociedad, donde existe una muy desarrollada división del trabajo social. Él quería responder cómo es que en una sociedad donde los individuos son más interdependientes entre sí que en ninguna otra sociedad, haya tal nivel de individualidad que los individuos crean ser, se sientan ser, actúen como si fueran totalmente autónomos.
Hay pues, una paradoja. En nuestra sociedad, no cabe la posibilidad de un solo día sin división del trabajo. Es como estar atados a muchos individuos. Sin embargo, creemos ser perfectamente autónomos. Esto sucede, según Durkheim, porque la división del trabajo hace que cada uno de nosotros esté en situaciones diferentes a las de los demás. Por ejemplo, el término de moral: cómo evaluar la creatividad, o la disciplina? ¿Cómo deben ser los individuos? No hay una respuesta única para el soldado, el funcionario, el artista, el niño, el adulto. Entonces son los distintos medios los que hacen que los individuos tengan que ser diferentes. Es la sociedad la que nos dota de particularidades.
El tener individuos diferentes que desarrollen su propia personalidad, sus propios gustos, etc., no deja de ser un hecho real. Es real la interdependencia y es real la individualidad. Lo que no es cierto es que esa individualidad se explique por los individuos. Los hechos sociales no pueden ser explicados por la individualidad porque son realidades marcadas por su objetividad. La individualidad es un hecho que tiene bases objetivas y resultados objetivos.
Durkheim señala que en la sociedad no hay nada más que individuos. Pero una cosa es cuando ellos están separados y otra muy distinta cuando están reunidos, relacionados entre sí formando una sociedad. A partir de esto se puede entender la noción de propiedades emergentes. Así, dentro de los individuos no encontraremos los rasgos que caracterizan a la sociedad, sino sólo al relacionar a éstos entre sí. Durkheim pone en claro –al menos puede deducirse porque no lo llega a especificar- la noción de relaciones sociales como elemento constitutivo de la sociedad. Implícita está la idea de las propiedades emergentes; exactamente ahí donde se produce la moralidad. Se afirma entonces que los individuos asociados son la clave para entender a los individuos en sí mismos.
“Los hechos sociales no son sino formas de hacer, sentir y pensar que se han consolidado” Ejemplo: nos encontramos con una determinada distribución de la población en el territorio, con arquitectura de vivienda, de vías de comunicación, … son como componentes morfológicos de la sociedad. Estas formas de ser son las mismas formas de hacer, sentir y pensar (como el lado fisiológico), pero que han logrado un mayor nivel de consolidación. ¿Pero quién hace, quién siente, quién piensa? ¿el individuo?
En Les Règles de la méthode sociologique (1895), Durkheim afirma que hay que tratar a los fenómenos como hechos. Distanciarnos de la realidad para poder estudiarla de forma objetiva.
Durkheim distingue dos tipos de prenociones: las de la población en general (el vulgo); y de otro lado, las de los científicos. Ambas requieren de tratamientos diferenciados. Las primeras, en la medida en que tienen un carácter general y ejercen un efecto coercitivo sobre las personas son hechos sociales; en cambio, las pre-nociones de los científicos no llegan a tener ese carácter.
La siguiente tarea que señala Durkheim es cómo se van a conceptualizar los fenómenos que se desea estudiar. Esa definición para que sea objetiva establece la siguiente regla: ‘tomar como objeto de investigación sólo un grupo de fenómenos previamente elegidos a través de ciertos caracteres exteriores comunes y comprender en la misma investigación a todos los que respondan a esa noción’. Para Durkheim el concepto vulgar no es totalmente inútil, le asigna un papel de indicador.
Los caracteres exteriores los aprehenderemos a través de las sensaciones. El sentido común parte de ellas.
Durkheim hace una distinción –que será tomada posteriormente por Max Webe- entre el ser y el deber ser. La ciencia según Weber sólo se ocupa de la relación medios – fines. Todo medio en sí es un fin, pues debe ser deseado tanto como el fin mismo. Durkheim quiere que la ciencia pueda intervenir en la realidad y no simplemente una ‘observadora’ de la realidad. ¿De qué manera puede hacerlo?
Para ello ensaya varios criterios para distinguir entre salud y enfermedad. Primero, hay que establecer cuáles son las prenociones al respecto; luego, establecer por qué conceptualmente son inaducuadas. La primera pre-noción que estudiada respecto a la noción de lo patológico es el sufrimiento, el cual es considerado como indicador de la enfermedad. Pero no siempre es así; por ejemplo cuando el dolor no se presenta. Igualmente examina el criterio de la adpatación del organismo a su medio. La adaptación implicaría el estado de salud, mientras que la enfermedad indicaría todo lo contrario. Pero, afirma Durkheim, no hay cómo saber cuándo sabemos ante la mejor adaptación. El examen crítico de las nociones y de las conceptualizaciones la encontraremos a lo largo de la obra durkheimniana.
Who’s Not Cool With AC?
5 weeks ago
1 comment:
excellent ...so amazing these informations...thanks
Post a Comment